Esta larga travesía la tenía en mente desde hace tiempo pero por circunstancias no la había podido llevar a cabo, se trata de atravesar por caminos de herradura y viejas sendas perdidas, parte de la sierra Sur de Jaén y sierra de Jaén, se lo comenté a algunos compañeros habituales con los que suelo andar, dicho y hecho.
Pasados dos días estábamos a las 7 de la mañana esperando el autobús dirección Valdepeñas de Jaén, desayunamos en el bar Tobalin y partimos rumbo a la parte alta del pueblo, las eras del chaparral, a través de un carril antiguo vamos tomando altura dejando atrás el pueblo, acompañados a nuestra izquierda de olivos y a derecha pinos de repoblación, por este camino era la primera vez que caminaba, vamos andando a media ladera de la umbría de ventisqueros con unas llamativas formaciones de roca cubiertas de pinos y teniendo una gran visión de la peña el Altar donde se encuentra un observatorio de fogueros con refugio incluido y la Pandera( 1830 m.) donde existen una antigua base militar, cruzamos una zona de rocas sueltas conocida como el barrancón , por este barranco se puede acceder con dificultad a las cimas de Ventisqueros.
Divisamos cerca el puerto de las coberteras una de las ventanas tectónica más grande de Europa, en dicho puerto nos dirigimos al cortijo Nuevo junto a un gran abrevadero lo cruzamos y nos encaminamos por la falda rocosa de la peña el Altar en dirección a los llanos de la nava, las vistas van cambiando ya que damos a la parte del Quiebrajano, en otoño esta parte de recorrido es precioso, abundan mucho la cornicabra y árboles de hoja caduca, por lo que su colorido es espectacular, unido al quebrado terreno y las vistas del embalse que a día de hoy es inusual verlo a esta capacidad .
Proseguimos atentos para tomar una senda que nos conduzca a la aldea de Castañeda, la encontramos aunque está perdida por las desprendimientos que han causado las ultimas y abundantes lluvias, que en concreto han sido en esta zona de la sierra Sur ,las de más pluviometría algo casi inédito, llegamos a la aldea de Castañeda, la atravesamos y nos dirigimos a un carril, por la parte de atrás para evitar el asfalto.
Nos desviamos a la izquierda buscando el camino que viene del C.R.E.A en dirección al puerto de la senda, una vez en él, tomamos una preciosa senda por la rinconada de los acebuches rodeada de gran vegetación y enormes puntales rocosos plagados de cuevas.
Al llegar a un pequeño puertecillo, descendemos teniendo las impresionantes vistas del castillo de otiñar, esta zona ha sido recientemente declarada zona patrimonial de andalucia, el día es muy caluroso y vamos con poca agua por lo que nos apresuramos a buscar la fuente de otiñar, sin pararnos en el castillo,Bajamos por el barranco del estoril junto al abrigo del mismo nombre, donde existen grabados prehistoricos, cuando llegamos a la fuente nos hartamos de agua y nos refrescamos, estábamos fritos ,ascendemos unos metros y visitamos el antiguo cementerio del derruido pueblo de Otiñar, y nos encaminamos al pueblo, tenía mucho interés en visitarlo ya que no lo había visto desde hace mucho tiempo y de pequeño dormí algunos días en una de estas casas con mis primos que aquí vivían.
El territorio del Señorío abarca un importante conjunto arqueológico con numerosos restos prehistóricos y medievales, presidiéndolo el Castillo de Otíñar, del que recogería el topónimo. Su fundación data de 1826 según licencia Real otorgada a Jacinto Cañada Rojo, que obtendría el título de primer Barón del entonces constituido Señorío de Otíñar. Hoy abandonada, llegó a contar con unas cincuentas viviendas de colonos organizadas en tres calles y una plaza, casa consistorial, escuela pública y templo parroquial.
Otiñar: La ocupación humana de la zona puede remontarse antiguas como el Neolítico, existiendo importante evidencia rupestre y material del Calcolítico, así como restos ibéricos e incluso romanos en la villa del Laurel, situada en pleno valle del río Quiebrajano.
ATORIMAR es el topónimo que recibía la primera aldea como tal, ya en época medieval, y de origen árabe. Consistía en un pequeño núcleo rural con ciertas fortificaciones, situado en el denominado Cerro del Cobarrón. La colina controla visualmente el valle del río Quiebrajano, así como el antiguo camino que comunicaba Jaén con Granada y que atravesaba el paraje conocido en la actualidad como Cañada de las Hazadillas. La economía de este pequeño núcleo radicaba en el cultivo de la estrecha pero fértil vega del Quiebrajano, así como de la explotación de los recursos del monte, caza y madera principalmente en Otiñar.
La entrada principal del pueblo se encuentra cortada por una montaña de escombro por lo que damos un rodeo hasta dar con el carril que nos conduce a nuestro siguiente punto y quizás el más emocionante y aventurero como es el cañón del Quiebrajano, os puedo asegurar que no tiene nada que envidiar a otros cañones o cerradas mucho más conocidos.
Descendemos por un perdido sendero hasta el mismo cañón y está muy cambiado de la última vez que vine por la gran cantidad de agua que soltó el embalse del Quiebrajano y porque a estas alturas de verano lleva todavía agua el rio, nos acercamos a una poza y nos refrescamos, estábamos totalmente acalorados.
Descendemos por el barranco y esto sí que es un espectáculo, grandes cortados, pliegues rocosos, cuevas, cerradas, un paisaje increíble, seguimos animados por el poco recorrido que nos queda hasta que salimos de la cerrada a una zona de la urbanización del puente de la sierra que a través de sus callejuelas y vegetación de ribera llegamos al punto final en el Portazgo, donde damos cuenta de algunas cervezas esperando la llegada del autobús que nos llevara de vuelta a Jaén, después de nuestra rutilla de 32 km, de una esplendorosa sierra que tenemos todos los Jiennenses a pocos minutos, agradecer la gran compañía con la que he contado para realizar esta preciosa ruta, Marco, Juli y Rafa.
Valdepeñas tomando cierta altura
Antiguo jorro de saca de madera
Comienzo de Ventisqueros
Ventana tectónica entre la Pandera y Ventisqueros
Faldeando Ventisqueros
Barrancón
Cortijo Nuevo
Descendiendo a Castañeda con vistas al Quiebrajano
Ventisqueros
Entorno del embalse
Castañeda
Antigua pista a castañeda
Abrigo cerca del puerto de la senda
Descendiendo del puerto de la senda
Rinconada de los acebuches
Mi amigo Juli
Pico de la Pandera y Pico del Altar
Castillo de Otiñar y las Alcandoras
Pliegues de roca
Cueva del Estoril
Grabados prehistóricos de la cueva del estoril
Fuente Otiñar
Antiguo cementerio de Otiñar
Pueblo abandonado de Otiñar
Pueblo abandonado de Otiñar
Antiguo carril de asceso a Otiñar
Bajada al barranco del Quiebrajano
Poza en el Cañón
Abrigo en el barranco
Paredes y pliegues rocosos del cañón
Cerrada
Caprichos del agua en las paredes humedas
No es la cerrada del pintor
Es la cerrada del Quiebrajano
Finalizando la ruta en el puente de la Sierra